Razones por las que no debes de enojarte cuando tu amiga mamá te dice que no tiene tiempo (o ganas) de salir.
Un trabajo tan demandante como ser mamá a veces no da chance
ni de unos 30 minutitos libres para ver algo en Netflix a gusto; entre que los
críos ya se pelearon por el mismo juguete, o que hay que bañarlos y no quieren,
o simplemente termino tan agotada que al final del día lo único que quiero es
dormir. ¿Te ha pasado? Estoy segura que sí.
Cuando tuve a Jerónimo, mi primer hijo, y decidí quedarme en
casa para dedicarme enteramente a él sus primeros meses de vida, recibí muchos
comentarios como: “qué bueno que nada más estás en casa con tu bebé, así no te
preocupas de nada”, “ay qué suertuda eres porque no tienes que trabajar”, “lo
que yo daría por estar en tu lugar, así podría levantarme a la hora que
quisiera”, “nombre, pero de qué te quejas mujer, si puedes estar en pijama todo
el día”, y muchos más en la misma línea. Me molestaba que algunas personas
pensaran que no tenía razones para declararme cansada o que asumieran que no
hacía nada.
Creo que, primeramente, es nuestra obligación respetar las
decisiones personales de cada madre, y segundo, tener la voluntad de crear un
poco de consciencia y empatía antes de ehacer un comentario carente de sentido
tanto a una madre que trabaja en casa (porque sí, sépanlo, cuidar a nuestros
hijos y dedicarnos al hogar, también es un trabajo muchas veces más agotador e
ingrato que alguno de oficina), como una que trabaja fuera.
Por eso decidí hacer una lista de las razones por las que
considero que no está padre que hagan cara de “¡Ay, qué exagerada!”, cuando nos
invitan a salir y nuestra respuesta es: “Híjole, me hubieras dicho con tiempo
para poderme organizar”.
Estoy agotada casi todo
el tiempo (o todo el tiempo). Esta etapa de hijos pequeños, mis horas de
sueño no son óptimas, esto significa que mis noches no las descanso como una
persona normal, motivo por el cual en el día a día a veces ando como zombie o
queriendo quedarme dormida en cualquier rinconcito aunque sea por cinco
minutos. Y por supuesto, muchas veces voy a preferir dormir temprano (si puedo), que salir y cansarme más.
También te puede interesar: NO SOY UNA SÚPER MAMÁ Y SÍ NECESITO UN APAPACHO.
Mi agenda gira en
función de mis hijos. Puede parecer una exageración, pero una vez que me
convertí en madre, me topé con la realidad de que mis tiempos ya no los marcaba
yo, sino mis hijos: mis planes dependen de si mis hijos andan indispuestos, ya
los bañé, ya toca su hora de la siesta, ya comieron, se empiezan a sentir
enfermos, hacen berrinche, etc. Por eso no es tan sencillo que si surge un plan
improvisado, de inmediato diga que sí puedo asistir.
Sí, mi tiempo es cada
vez más valioso. Siempre he valorado mi tiempo, pero ahora que soy mamá lo
atesoro mucho más. Cada vez estoy menos dispuesta a usarlo en algo que no me
interesa; en este sentido me he vuelto muy pragmática y definitivamente ahora soy
mucho más selectiva a la hora de elegir a qué evento voy a dedicarle horas de
mi valioso tiempo. Lo anterior no significa que no quiera convivir con mis
amistades, pero a veces preferiría reunirnos en un ambiente más relajado, como
la casa de alguna o ir a algún café: algo que no implique desvelarme mucho, por
ejemplo.
Por supuesto, la
mayor parte de mi tiempo está dedicada a mis hijos. Y definitivamente, son
mi prioridad. Después de trabajar, tengo destinadas todas mis tardes a estar
con ellos y ser mamá; durante esas horas no voy a estar dispuesta a cambiar de
planes, a menos que se trate de eventos donde ellos sean bienvenidos.
Me estresa planear
una salida social. No, no soy una amargada, me encanta salir con mis
amistades y divertirme, pero sí debo de confesar que el previo a estas salidas,
a veces puede estresarme tanto que puedo preferir mejor quedarme en casa. ¿Por
qué? Si salgo sola, ok, el marido se queda en casa con los hijos, pero antes
hay que alistarlos para dormir, o prepararme para que lloren desconsolados a la
hora que me despido de ellos. Si la salida es con mi pareja, pues bueno, a
buscar niñera, contar las horas que lo cuidará, tratar de no pasarnos de las
horas que son, estar al pendiente del teléfono por si algo pasa, y empezar a
ambientarnos cuando ya llegó la hora de regresar a casa… ¿le sigo?
Los hijos son (muy) demandantes.
Digo, por si no lo imaginaban. Los niños pequeños están en una etapa de casi
total dependencia de un adulto, por eso hay que estar atentos: si necesitan
comer, ir al baño, algo les duele, están sensibles, quieren jugar, etc. Mis
tardes con ellos se tratan de correr, gatear, hincarme, cargarlos (y vaya que
ambos son pesos pesados), correr a llevar al baño a Jerónimo, cambiarle el
pañal a Adriano, darles de comer, limpiar el tiradero que dejan después de
comer, bañarlos, agacharme constantemente mientras los enjabono (¡mi ciática!),
cargarlos de nuevo, secarlos, peinarlos, vestirlos, cantarles, hacerles
palomitas, contarles cuentos, lavarles los dientes, pedirles que no griten por
un rato, ser ignorada… en fin.
Ser mamá es un gran trabajo, independientemente de si
también trabajas fuera de casa. El día a día de una madre implica muchos
esfuerzos que casi siempre se dan por hecho y por lo tanto, pasan
desapercibidos, pero las razones que te dé para explicar su cansancio, créeme,
son más que suficientes. Así que a la próxima que una mamá te diga: no puedo,
estoy muy cansada, mejor es que le contestes algo tan asertivo como: no te preocupes,
te entiendo.
¿Cuál razón agregarías a esta lista?
Para mi ya es ganancia contestar los mensajes enseguida!!! ser mamá es agotador pero algún día mis hijos crecerán y no podré regresar el tiempo x lo mientras disfruto de su compañía y aunque no soy la mamá más sociable tengo las amigas que necesito aunque no las vea seguido ��
ResponderEliminar